De vuelta a la normalidad de la vida y a mi maravilloso reencuentro de todos los jueves con vosotros, hoy os traigo una recomendación de las que dejan huella. Me adentro en el Pazo Los Escudos Hotel & Spa Resort, un lugar donde quedarse. Estamos en disposición de ir de paseo por este extraordinario hotel de Vigo, un sitio al que debéis ir y una vez allí, simplemente dejaros llevar. Sin duda, parada obligada para todos los que estéis pensando en ir a pasar unos días a mi Galicia amada. Un imprescindible.
Pazo Los Escudos, un lugar de ensueño
Los escudos nobiliarios visten las paredes del pazo
Siguiendo con mi paseo por este sensacional complejo, me adentro en el edificio rumbo a las habitaciones. Me choco de frente con una monumental escalera de madera que preside el hall de entrada y que me invita a soñar con tiempos remotos especialmente bellos. Me imagino bajando uno a uno por esos peldaños rumbo a cualquier fiesta de época. Sueño despierta. Todos los detalles están medidos. Todo tiene sentido.
Las escaleras de madera presiden el hall del edificio principal
Bajo de mi nube y entro en las habitaciones del fantástico hotel. Me acompaña Luis con las maletas y me cuenta, me introduce en la historia del pazo y me llena de vida. Entiendo desde el mismo inicio que el personal elegido por la familia Sobral no va a dejar de sorprenderme durante estos días. Cruzada la puerta de entrada, no tardo nada en darme cuenta que mi estancia va a convertirse en perfecta. La amplitud de la habitación, la terraza donde contemplar el mar y la pulcritud del cuarto de baño hacen que me recorra por el cuerpo una sensación de bienestar inmensa. Ya me conocéis, no puedo estarme quieta y decido seguir recorriendo cada rincón buscando para orientaros, caminando para mostraros, para recomendaros.
Las habitaciones son amplias y con vistas a la Ría de Vigo
Me pongo en manos de la Jefa de Recepción, Julia Loredo, y poco a poco voy comprendiendo el éxito del pazo. Su amabilidad y disposición para ayudarme con todo es sencillamente mágica. Hablamos y me cuenta, me explica todos los detalles que necesito saber para que mis días en el hotel sean idílicos. Me habla de la piscina exterior, de la zona de spa y gimnasio y de los servicios que ofrece la cafetería y el restaurante. No hace falta que me hable de Vigo y sus alrededores porque los conozco bien, pero seguimos conversando de cosas grandes y pequeñas. Me muestra su mundo y le enseño el mío. Agradezco su generosidad sin límites hacia mí y continúo mi recorrido por los verdes y cuidados jardines, donde paro a los pies de la Virgen para contarle lo agradecida que estoy de vivir esta experiencia. No me cabe ninguna duda de que será este lugar el que recomiende a los novios que deseen convertir su enlace matrimonial en un acontecimiento para la eternidad.
Los jardines están siempre preparados para cualquier tipo de evento
Me giro y descubro una maravillosa puerta de salida en el mismo jardín. Aprieto mi marcha, quizás consciente de lo que me espera al traspasarla. Aunque antes de dar el paso, la contemplo. Belleza pura. Arte pleno. Historia a raudales. Y allí está, a sólo unos metros, el mar. La Ría de Vigo a mi alcance. Llueve, pero nada me detiene. Sigo, quiero mirar, observar y llenarme de vida al respirar.
La puerta de acceso a la playa, una maravilla
Ya conocéis mi idilio permanente con el mar. Qué os voy a contar que no os imaginéis de este encuentro entre él y yo. Piel de gallina, sentimientos extremos. Y todo, a unos simples pasos del hotel. La realidad de la bravura de las olas me golpeaba en mi interior. Decidí aprovechar el momento y saborear el ambiente paseando por la arena mojada de la playa. Nada podía conmigo. Nada. Me sentí muy cerquita de la felicidad plena.
A pocos metros del pazo está la playa
De regreso al hotel, me invade una nostalgia maravillosa, unas ganas locas de convertir el Pazo Los Escudos en lugar de recogimiento permanente. Me doy cuenta de que tirito. La humedad se ha metido en mis entrañas, nada que no pueda combatir con un café caliente. Camino despacio, como me gusta porque tenemos de todo menos prisa, hacia la cafetería. Allí sigo descubriendo al personal del pazo. Mari Luz y Silvia, Silvia y Mari Luz, dos auténticas profesionales que hicieron de mi estancia un hogar. Me sentí como en casa. Me hicieron sentir feliz. Por ello, por ellas, por Vicente Ibáñez, por Raquel y por todo el personal extraordinario que conviven allí, sólo puedo felicitar abiertamente a la familia Rodríguez Sobral por su acierto en la elección del más cualificado y entrañable equipo. Mi más sincera enhorabuena.
Cafetería del Pazo Los Escudos
La noche ha sido perfecta. Cena con amigos, descanso extraordinario en la maravillosa cama del pazo y curiosidad por conocer el buffet del desayuno, que tanto suele interesar a los amantes de los viajes. Recorro el pasillo del comedor hasta la sala donde Mari Luz vuelve a recibirme con su mejor sonrisa. Me prepara un café soberbio y mi mirada se posa rápidamente en el amplio y variado surtido de panes, frutas, embutidos, pasteles o tortilla. Hay de todo y todo bueno. Además de ganar mi corazón para toda mi vida, el pazo ha ganado mi estómago. Una delicia.
El buffet del desayuno es exquisito
Con las pilas cargadas de gran energía comienzo el día. Llueve, pero la vista desde la terraza no puede ser más conmovedora. Me siento a escribir al abrigo de la Ría de Vigo y mis dedos vuelan solos por las teclas del ordenador. Rodeada de tanta belleza, lo difícil sería que las palabras no saliesen solas. Contemplo y observo para vosotros. Observo y contemplo para llenaros de sensaciones únicas.
Vista desde la terraza del Pazo Los Escudos
¿Conocéis el Pazo Los Escudos Hotel & Spa Resort de Vigo? Si tenéis la oportunidad de ir, no la desaprovechéis. Será una experiencia única e irrepetible. ¿Me acompañas?
Menudo paraíso!!estaba buscando alojamiento para mis próximas vacaciones en la rías bajas gallegas, ya lo he encontrado, espectacular hotel y entorno, muchísimas gracias por la recomendación
No te defraudará, Isabel! Es, sencillamente, el paraíso como bien has dicho. Muchas gracias por tu comentario y un abrazo fuerte.
Menudo lugar. Es realmente un paraíso. Muchas gracias por descubrírmelo. Iré seguro.
Es maravilloso, sí. Si tienes la ocasión, Carlos, no dejes de pasar a conocerlo. Muchas gracias por tu comentario. Un abrazo fuerte.