Hoy me he levantado con una inspiración inusual y la hermosa tentación de elaborar para vosotros uno de mis platos preferidos. Esta mañana de cualquier fin de semana quiero compartir parte del maravilloso legado que nos dejó nuestra abuela Margot, la mejor cocinera y anfitriona que he conocido jamás. En su recuerdo cocinaremos fusionados en la red sus famosos Huevos Encapotados, una receta que os dejará sensaciones auténticas, potentes y a muchos, reminiscencias de nuestra niñez y de nuestra vida en común. Como siempre os digo, disfrutar del instante cuando os metáis en la cocina, dejaros llevar por la armonía de lo que preparáis y jugar a convertiros en narradores de vuestra propia historia. En esta ocasión, y como en la mayoría de las recetas que creamos unidos, el ingrediente principal de este plato es el amor. Hoy nos acompañará de paseo por mi cocina la pasión por nuestros mayores, por nuestros abuelos que tanto nos han guiado, ilustrado, animado y apoyado. Va por ellos, por vosotros. ¿Estáis preparados, mis queridos foodies? Empezamos.
Huevos Encapotados, una receta muy especial
Os recomiendo que cuando os animéis a poner en práctica este extraordinario plato, realicéis al menos dos Huevos Encapotados por persona. Al llevar bechamel llenan bastante, pero os aseguro que no vais a poder resistir la bella seducción de comeros más de uno. Aunque os tiente condimentar esta elaboración con unas buenas patatas fritas soufflé para mojar la yema, descartarlo si es posible. En casa nosotros acompañaremos el plato con una extraordinaria ensalada compuesta por canónigos, espinacas, tomates secos y burrata y, por supuesto, la salsa de tomate casera que previamente habremos cocinado pero que será simplemente opcional. Si queréis sumergiros en la yema, mi consejo es que compréis un buen pan y a por ello. Mi abuela estará presente desde el principio hasta el final. Va por ella, la más bella.
Nuestra abuela, Margot
Ya le he dado al play. En esta bonita mañana de domingo ya suena la banda sonora de Sisi Emperatriz en honor a ella. La evocación es completa. Estoy viendo a Romy Schneider y Karlheinz Bohn bailando el Vals del Emperador acurrucada en el regazo de Margot. Los fogones en marcha y Johann Strauss a toda máquina. Nada puede salir mal.
Todos los ingredientes para la elaboración de los Huevos Encapotados
Ingredientes para la salsa de tomate
– 4 tomates pera
– Aceite de oliva virgen
– 2 dientes de ajo
– 1 cebolla
– Sal fina
– 1 pizca de azúcar
– Orégano (opcional)
– Pimentón (opcional)
Ingredientes para la salsa de tomate casera
Ingredientes para la bechamel
– 4 huevos (dos por persona)
– 1 huevo para empanar
– Sal fina
– Aceite de oliva virgen
– Pan rallado
Elaboración de la salsa de tomate
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Pelamos los tomates, los dos dientes de ajo y la cebolla. Primero ponemos la cebolla y el ajo a dorar con un chorro de aceite de oliva. Cuando pase un ratito, añadimos los tomates cortados en tacos, la sal, el azúcar, el orégano y el pimentón (los dos últimos ingredientes son opcionales, pero a mí me encanta el sabor que le proporciona). Podéis probar.
Dejamos hacer lentamente la salsa de tomate
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Cuando ya hemos probado el punto de sal y observamos que el azúcar ha restado la amargura del tomate, dejamos que los ingredientes se vayan haciendo a fuego lento. Como os digo siempre, los tempos en la cocina son lentos, pero el resultado es extraordinario cuando todo se preparan con pasión y dedicación.
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Finalizada la cocción, ponemos la salsa en un colador y la pasamos con un mortero. Debe quedar espesita y deliciosa. Lista para nuestros Huevos Encapotados.
La salsa de tomate lista para nuestros Huevos Encapotados
Elaboración de los huevos
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Una vez que hemos hecho la salsa de tomate casera, nos metemos de lleno con la elaboración de los huevos. Lo primero que tenéis que hacer es freírlos en aceite y añadirles la sal. Yo los hice uno a uno, pero en esto, como en todo, para gustos, colores.
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Cuando hemos hecho todos, recordar que lo prudente sería hacer dos por persona para que no os quedéis cortos, pasamos a recortarlos con una tijera o con un cuchillo bien afilado. Les damos forma redonda y los apartamos hasta que tengamos lista la bechamel.
No os olvidéis de recortar los huevos con forma redonda
Elaboración de la bechamel
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Aquí no vamos a escatimar ni en esfuerzo, ni en trabajo. El secreto para que cualquier bechamel os salga perfecta es dedicarle minutos, pero en este blog y como os digo siempre, tenemos de todo menos prisa. Empezamos con el proceso.
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En un cazo ponéis las 4 cucharas de aceite y la harina a máxima potencia. Aquí comienza lo bueno, puesto que tendréis que empezar a remover como si no hubiese mañana con el fin de que no os salgan brumos (no hay nada más horrible) y que os quede una bechamel perfecta.
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Poco a poco iréis añadiendo la leche y seguís removiendo en círculos con mucho carácter, con mucha determinación y constancia. Seguír añadiendo toda la leche que vaya admitiendo y es el momento también de incorporar la sal.
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Os daréis cuenta de que si habéis sido extraordinariamente enérgicos en el proceso anterior, la bechamel irá cogiendo esa textura fina, sin brumos y adorable. No os paséis con la leche, ya que no necesitamos una bechamel muy líquida. Más bien será espesita porque así la necesitamos para esta receta. Pero es bastante probable que necesitéis el litro completo de leche.
La bechamenl requiere tiempo y destreza para dejarla sin brumos
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En mi caso, por si os sirve de referencia, la elaboración de la bechamel me llevó un poco más de media hora. No os olvidéis de que los primeros minutos tendréis que remover con mucha energía y con la potencia máxima de hornillo. Al cabo de diez minutos, podéis bajar a fuego medio y continuar añadiendo la leche y removiendo, ya sin tanta animosidad.
Fusión de la bechamel con los huevos
En una bandeja, previamente untada con un poco de aceite, pondréis una capa redonda de bechamel. A continuación, colocaréis sobre ella el huevo frito y recortado. Añadiréis otra capa de bechamel por encima, cubriendo bien toda la superficie con la intención de que se selle y quede cubierto el huevo por completo y no se suelte ni a la hora de empanar después, ni a la hora de freírlos antes de servir en la mesa.
Cuando hayáis finalizado con este proceso, dejaréis los huevos cubiertos de bechamel apartados hasta que se enfríen y podamos envolverlos con pan rallado.
Dejamos enfriar los huevos ya envueltos y sellados con la bechamel
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Es el momento de empanarlos. Para ello necesitaremos un cuenco con un huevo batido y otro con el pan rallado. Con mucho cuidado, vamos pasándolos uno a uno por el huevo batido y después los envolvemos en el pan rallado hasta que estén bien cubiertos. Realizado este paso, y después de que hayáis puesto los huevos de nuevo en la bandeja, cubriréis la bandeja con un poco de papel film y la meteréis en el frigorífico. Los huevos aguantarán hasta el día siguiente, si así lo deseáis, pero recordar que tendréis que sacarlos de la nevera una hora antes de freírlos.
Envolvemos los huevos con pan rallado
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Ya sólo nos queda freirlos en aceite bien caliente y disfrutar de este delicioso plato que a mí me ha hecho inmensamente feliz en innumerables ocasiones.
Dificultad
Ya sabéis que soy poco partidaria de engaños, pero si yo he conseguido hacer esta receta en muchas ocasiones, sé que a vosotros os sobrará destreza para conseguirlo. Es cierto que todo en el camino hacia la virtud lleva un largo y costoso recorrido, pero con esa pizca de ilusión, esas gotas de amor y un buen chorro de energía, el plato os saldrá redondo.
El resultado
Os dicho que es uno de mis platos preferidos. Quizás sea por el recuerdo tan bello de mi abuela, quizás por la fusión de la bechamel, los huevos fritos y el pan rallado, quizás simplemente porque cada uno tiene un paladar con el que es mejor no confrontar. Espero que os guste y que lo disfrutéis tanto como yo lo he hecho.
La incorporación de la salsa de tomate casera es opcional
¿Habéis probado los Huevos Encapotados de esta manera? ¿Qué platos os inspiran y os recuerdan a vuestros abuelos? Probar éste y seréis los primeros sorprendidos. ¿Me acompañas?
Pues claro que te acompaño. Qué Post más bonito y qué recuerdo más precioso a tu abuela. Y esos huevos, qué pintaza. Deseando probarlos!!!!
Ya verás qué cosa más rica, Carla! Te encantarán. Muchas gracias por tu comentario. Un abrazo fuerte.
Muchas gracias, Gustavo. Feliz por tu comentario. Muy agradecida. Espero que te salga muy bien. Un abrazo fuerte.
Receta espectacular y especial. Enhorabuena. Me encanta este Blog.
Muchas gracias a ti por pasear conmigo por mi cocina. Un recuerdo y un plato con gran amor. Un abrazo fuerte.
Qué lindo recuerdo… Gracias por esta receta!